Este cuadro forma parte de un grupo
de siete encargados por Carlos III en
1767 para la iglesia de San Pascual
Bailón de Aranjuez. En él, laVirgen
aparece representada como una
mujer madura y serena, con una
poderosa presencia física, acentuada
por el giro de sus caderas, y rodeada
de una constelación de símbolos de
su virtud: la serpiente que sedujo a
Eva, siendo aplastada ahora por el pie de María, la palmera, símbolo de
triunfo, el espejo, sinónimo de pureza
o el obelisco, referencia a laTorre
de David, símbolo de virginidad. La
tradición de ensalzar la humanidad,
belleza y juventud de María era algo
ya extendido en la época, y tiene los
referentes más cercanos aTiépolo
en los pintores Guido Reni y Murillo,
cuyas representaciones de laVirgen
le fueron de gran inspiración.