En 2005 el Prado adquirió este óleo sobre tabla, obra de madurez del artista hispanoflamenco Juan de Flandes, a través de un novedoso sistema que permitía a las empresas pagar impuestos por medio de la donación de obras de arte al museo.
La Crucifixión, realizada en 1510, formó parte del retablo mayor de la catedral de Palencia, y ha sido denominado el "canto del cisne" del artista, ya que fue realizado en una época tardía de su vida y es un resumen de sus influencias
pictóricas, las escuelas flamenca e italiana.
También fruto de esta madurez artística es la sabia mezcla de paisaje, figuras y naturaleza muerta, y la honda expresividad de los personajes.